La segunda parte de nuestra serie de artículos dibujando una linea de tiempo en el Lore de Magic The Gathering nos lleva de regreso a Dominaria. Hoy reviviremos la historia del padre de las maquinas, el señor de los desechos, el amo de Phyrexia, Yawgmoth.

LA GUERRA DE THRAN-PHYREXIA (-4,500 AR *)

Los dragones ancianos han desaparecido de Dominaria. Ahora reinan los artífices del Imperio Thran. Antes de la guerra, Yawgmoth, un eugenista (Yawgmoth, Thran Physician) fascinado con su visión de los cuerpos como la máquina definitiva, es exiliado del imperio. Durante su exilio, Yawgmoth viaja por el mundo visitando múltiples civilizaciones, demostrando lo implacable y despiadado que puede llegar a ser.

Entre sus muchas atrocidades se conocen: esparcir la tos negra sobre los enanos de las montañas de Jamuraa e incitar una rebelión que casi mata al rey enano terminando con mil años de gobierno; convertir el moho (Creeping Mold) de Argoth en una virulenta plaga devoradora de elfos, secuestrar a su sacerdotisa y sus curanderos, ordenando a los elfos pagar un rescate por ellos y por la cura que habían desarrollado para la peste, entregando solo agua azucarada y una docena de curanderos muertos; liberar la Muerte Blanca sobre los minotauros de Talruum para estudiar sus efectos; infectar a los líderes de las naciones felinas con rabia para que se destrozaran entre ellos; envenenar a las tribus bárbaras de Gulatto Meisha; viviseccionar al bey, el rey guerrero Viashino de Shiv (Viashino Bey).

Detrás de las acciones de Yawgmoth solo está la curiosidad por el comportamiento de plagas y enfermedades. Es posible que el deseo de poder y un interés perverso por el dolor también formara parte de sus motivaciones.

Cuando el principal artífice, Glacian, cae irremediablemente enfermo, Yawgmoth es convocado de su exilio para salvarlo. Yawgmoth deduce rápidamente que Glacian sufre de una enfermedad causada por la radiación de las piedras de poder que alimentan la tecnología Thran y decide llamarla tisis (phthisis), pronto la enfermedad se esparce por el imperio.

Gracias a su carisma y al hecho de que solo él sabe como crear medicamentos para tratar la tisis, Yawgmoth logra convertirse en la persona más poderosa del imperio. Manipulada por sus encantadoras palabras, la caminante de planos Dyfed, sin saberlo, le entrega la que sería su mayor arma al construir un portal a un plano artificial lleno de criaturas mecánicas y biomecánicas llamado Phyrexia. Para mantener el portal abierto, Yawgmoth drena la energía vital de Glacian a través de una piedra de poder implantada en su cuerpo. Poco a poco Yawgmoth mueve sus seguidores a Phyrexia prometiendo un destino glorioso, pero entregando infernales mutaciones y experimentos grotescos.

Desmembrar, arte por Jason Felix

Minotauros, elfos, enanos, viashinos y felinos de las veinticinco naciones que Yawgmoth aterrorizó durante su exilio se aliaron con los bárbaros de Gulatto Meisha y las ciudades Thran de Losanon y Wington para darle un ultimátum al resto del imperio: La cabeza de Yawgmoth o la guerra.

El gobierno Thran vota sobre el ultimátum, dando como resultado un empate. Esto pone la decisión en manos del consejo de líderes: un grupo de curanderos, artífices y héroes que han entregado su vida al imperio. Aquí los votos son trece contra trece, hasta los últimos dos líderes, Rebbec (la esposa de Glacian) y el propio Yawgmoth, ambos votan por mantenerlo a salvo. Terminada la votación, Yawgmoth derroca al consejo y encarcela a todos los delegados de la Alianza.

Las primeras etapas de la guerra terminaron a favor de la, ahora conocida como, Alianza Thran. Orleason cae fácilmente cuando los artífices de la ciudad deciden ponerse del lado de la Alianza, no mucho después es seguida por la ciudad de Phoenon tras un breve asedio. Furioso, Yawgmoth bombardea Phoenon, matando tanto invasores como habitantes.

La guerra da un giro en la batalla del desfiladero Megheddon. La guardia personal de Yawgmoth, mutados en Phyrexia, destrozan salvajemente a la Alianza, solo las criaturas artefactos pudieron hacerles frente. Yawgmoth se apodera de la luna nula usándola para poner a todas las criaturas artefactos en contra de sus amos y termina la batalla con un bombardeo que destruye por completo el desfiladero (Fall of the Thran).

Incluso cuando Dyfed se pone en su contra, Yawgmoth no se rinde. Mientras él se regodea de sus creaciones, ella se queda atónita ante el horror en el que se ha convertido Phyrexia. Yawgmoth la apuñala en la cabeza con una daga hecha de piedra de poder dejándola inconsciente, ordena a sus secuaces la vivisección de Dyfed con la esperanza de encontrar un órgano que le permita caminar entre planos para trasplantarlo a sí mismo. Sin embargo, Rebbec encuentra la sala de tortura y mata a los secuaces, permitiendo al fin que Dyfed muera.

Para sobrevivir a los gases mortales dejados a su paso por las armas de Yawgmoth era necesario filtrarlos a través de un artefacto dirigido desde la luna nula. Los artífices encargados traicionan a Yawgmoth saboteando el artefacto a costa de sus vidas. Yawgmoth, se ve obligado a escapar de la nube de muerte a través del portal planar rumbo a Phyrexia.

Yawgmoth planeaba permanecer en Phyrexia por un corto tiempo y emerger nuevamente cuando la nube de muerte se hubiera disipado. Rebbec usa la piedra de poder que Yawgmoth había plantado en su esposo, Glacian, para sellar el portal. Exiliando a Yawgmoth y sus seguidores por toda la eternidad (Phyrexian Scriptures).

Phyrexia, arte por Dave Kendall

O eso esperaba.

Nos veremos de nuevo en dos semanas en nuestra tercera parte, donde tres poderosos caminantes de planos entenderán que de nada sirven las armas y la estrategia contra dioses hambrientos y deformes. Los invito a seguir nuestra fan page de facebook y también nuestras demás redes sociales: twitterInstagrampatreon y  youtube donde frecuentemente agregamos contenido nuevo.